UNA RESPUESTA ANTICIPADA
Mi hermana dio una
predica sobre este texto
No les puedo decir todo lo que ella dijo porque no
tengo una súper memoria, y tampoco la grabe, así que tomaré sus apuntes junto
con lo que a mí se me quedó y lo compartiré.
Muchas veces (yo creo que siempre) que tenemos algo
en nuestra vida doblamos rodillas y levantamos nuestra manos al cielo, clamando
a nuestro Señor.
Hay que recordar que LA RESPUESTA LE PERTENECE A DIOS, pero LA FE (la actitud) TE
PERTENECE A TI.
Hay que orar pensando y creyendo que usted YA HA OBTENIDO LA RESPUESTA. No dude de
que en los momentos más difíciles él nos oye. Hay que clamar SIN TITUBEAR.
Recuerde que Daniel obtuvo su respuesta mientras él
estaba orando (Daniel 9.21).
Las palabras de Isaías son de aliento, cuando
sientas que no puedes más clama él ya está al pendiente está escuchando y te
dice: Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído”.
Él ya tiene TU RESPUESTA, eso que tú estás
pidiendo Dios ya lo tiene a la puerta, solo no desmayes y cree, porque eso es la fe, y la fe mueve montañas.
Y para concluir esta historia esta larga pero vale la pena leerle, ya que nos ilustra la respuesta anticipada:
Esta
es la historia de un médico que trabajó en África.
Una
noche trabajé duro con una madre en su parto, pero a pesar de todo lo que
pudimos hacer, ella falleció dejándonos un pequeño y prematuro bebé y una niña
de dos años que lloraba desconsoladamente. Tuvimos grandes problemas para
mantener vivo al bebé, no teníamos incubadora ni electricidad para hacer
funcionar una.
Aunque
estábamos sobre la línea del Ecuador, las noches a menudo eran frías con
peligrosos vientos. Una estudiante que me ayudaba fue a buscar una cobija de
lana que teníamos para los bebés.
Otra
fue a atizar el fuego y a cargar una bolsa con agua caliente. Ella volvió casi
inmediatamente muy preocupada para decirme que la bolsa se rompió al llenarla.
(Las bolsas de agua caliente se rompen fácilmente en climas tropicales). ¡Y era
nuestra última bolsa!, exclamó.
Éstas
no crecen en los árboles, y no hay farmacias en los bosques donde comprarlas.
“Muy
bien” dije, “pon al bebé lo más cerca posible del fuego y acuéstate entre el
bebé y la puerta para evitar las corrientes de aire frío. Tu trabajo es
mantener con calor al bebé.”
Al
mediodía, como hacía todos los días, fui a orar con los chicos del orfanato que
querrían reunirse conmigo. Les daba sugerencias sobre cosas por las cuales
orar, y también les conté del pequeño bebé. Les expliqué nuestro problema de
mantener al bebé con calor suficiente, la bolsa de agua caliente que se había
roto, y que el bebé podía fácilmente morir si se enfriaba. También les conté de
su hermana de 2 años, que lloraba porque su madre había muerto.
Mientras
orábamos, UNA DE LAS NIÑAS, DE NOMBRE
RUTH, HIZO LA USUAL SINCERA ORACIÓN que los niños hacen en África. “DIOS, POR FAVOR, ENVÍANOS UNA BOLSA DE AGUA
CALIENTE HOY, MAÑANA SERÁ DEMASIADO TARDE porque el bebé habrá fallecido,
por favor envíala esta tarde”.
Mientras
trataba de contenerme por la audacia de su oración, ella añadió: “Y TAMBIÉN ¿PODRÍAS POR FAVOR ENVIARNOS UNA
MUÑECA DE JUGUETE PARA LA NIÑA, así ella puede ver que Tú realmente la
amas?”
Como
sucede a menudo con las oraciones de los niños, yo fui sacudido. ¿Podría yo
decir amén honestamente? ¡Yo no creía que Dios podría hacer esto!
Oh sí,
YO SÉ QUE ÉL PUEDE HACER TODO; LA BIBLIA
DICE ASÍ. PERO HAY LÍMITES, ¿NO ES CIERTO? La única forma en que Dios podía
contestar esta oración en particular, sería si alguien enviaba una encomienda
desde el exterior. Hacía ya casi 4 años que estaba en África y nunca había
recibido una encomienda.
Y si
alguien enviaba una ¿podría ser que incluya una bolsa de agua caliente? ¡Yo
vivía sobre el Ecuador!
A media tarde mientras estaba dando clases
al grupo de enfermería, me llegó el mensaje de que un vehículo había llegado a mi casa. Para cuando llegué a mi casa
el vehículo ya se había ido, pero en la
puerta había una caja de unos 11 kilos. Sentí que mis ojos se llenaban de
lágrimas, no pude abrir la caja yo solo, llamé a los niños del orfanato para
que me ayuden. Con mucho cuidado sacamos los precintos y empezamos a desempacar
con mucha emoción. Había unos 15 chicos observando la gran caja. Comencé a
sacar pantalones de colores muy brillantes. Los ojos de los chicos estaban
iluminados. Había vendas para los leprosos. También había pasas de uva que
serían de utilidad para el fin de semana.
Luego puse mi mano nuevamente
en la caja y sentí… ¿podía esto ser cierto? Lo tomé y lo saqué. Sí. ¡Una bolsa
de agua caliente nueva! Lloré,
yo no había pedido a Dios que nos la mande; yo no creí verdaderamente que Él
podía.
Ruth estaba en primera fila. Ella se adelantó y en alta voz
dijo, “si Dios envió una bolsa de agua
caliente, también debe haber enviado la muñeca”.
Escarbando
hacia el fondo de la caja, ella sacó una
hermosa muñeca con un vestido de colores. ¡Sus ojos brillaban, ella nunca había dudado!
Mirándome
me preguntó, ¿“puedo ir contigo y darle la muñeca a la niña, así ella sabrá que
Jesús realmente la ama”? “Por supuesto”, respondí.
AQUELLA ENCOMIENDA HABÍA ESTADO
DE VIAJE DURANTE 5 MESES,
la habían enviado mis compañeros de
escuela que tuvieron la impresión de obedecer a Dios e incluir una bolsa de
agua caliente, aún para la línea del Ecuador.
Y una chica había puesto la
muñeca para una niña Africana 5 meses antes, EN
RESPUESTA A LA ORACIÓN DE FE DE UNA NIÑA DE 10 AÑOS, y traerla esa misma
tarde.
Recuerda TU RESPUESTA ya está ahí.
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